Qué es el toreo al natural y cómo realizarlo

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El toreo al natural es la suerte más pura y exigente de la tauromaquia. Realizado con la mano izquierda, simboliza la verdad del toreo, ya que el diestro se enfrenta al toro con la tela de la muleta sin ningún soporte adicional. Entender su técnica es clave para apreciar la maestría de un torero.

La pureza del natural: sin ayuda

La distinción fundamental del natural radica en su ejecución. A diferencia del derechazo, que se realiza con la muleta ayudada por el estoque (espada) para darle cuerpo y superficie, el natural se ejecuta solo con la mano izquierda y la tela plegada, o «sin la ayuda».

Esta es la razón de su nombre: es la forma más «natural» y desnuda de citar al toro. Al reducir la superficie de la muleta, el torero se expone más y necesita un mayor temple y precisión para conducir al animal con lentitud y emoción.

El agarre y la colocación ideal

La postura de la mano es crucial para garantizar la seguridad y el dominio. El elemento central es el palillo (el bastón de la muleta), que debe mantenerse recto y vertical. La pérdida de esta rectitud provoca el temido «pico», dejando al torero desprotegido.

El agarre debe ser sensible, no forzado.

"Tienes que llevar las telas y la muleta entre los dedos que es donde tienes sensibilidad, donde dominas y donde te da todo el juego la muñeca"

Se debe agarrar el palillo en su mitad, usando las yemas de los dedos, permitiendo que la muñeca sea la que imprima el movimiento de temple.

La colocación: Antes de citar, el torero debe estar cruzado a la mano contraria del pitón, presentando toda la «panza» (el centro de la tela) de la muleta.

Trazado: enganche, conducción y vacío

El trazo del natural debe ser una invitación armoniosa a la embestida:

  1. Enganche Adelante: El torero debe «enganchar adelante» para atraer la embestida. La trayectoria inicial debe ser una línea recta para darle espacio al toro.
  2. Redondeo y Temple: A medida que el toro pasa, el muletazo debe irse redondeando y metiendo hacia dentro. El torero usa su muñeca para conducir la embestida con temple, ligando el pase cerca de su cintura.
  3. Vaciar el Muletazo: La suerte se remata vaciando, es decir, llevando la muleta hacia afuera para que el toro termine el pase de forma limpia, salga del embroque y quede dominado.

Conclusión

El toreo al natural es el reflejo de la verdad de un torero. No es solo un pase; es una demostración de dominio técnico y coraje. La clave para su ejecución reside en el equilibrio: mantener la rectitud del palillo para protegerse, y usar la sensibilidad de los dedos para templar. Dominar el natural es la diferencia entre simplemente pasar al toro y realizar un arte profundo que eleva la faena a la categoría de obra de arte.